La competitividad de la empresa española en el exterior, condicionada por su mercado interior
9 de enero de 2012
A lo largo de la historia, la internacionalización del sector de la construcción en España, ha presentado una serie de ciclos que se han visto influenciados por diferentes factores: la evolución política y económica del país, que ha ido propiciando la apertura al exterior de todos los sectores; los ciclos del propio sector de la construcción, influenciado a su vez por las fluctuaciones de la economía doméstica, provocando que las empresas del sector hayan buscado en tiempos de crisis nuevos mercados fuera de las fronteras; y la evolución política y económica global, factor que ha sido introducido por la globalización en los últimos tiempos, y que ha ido diluyendo la influencia de los otros dos factores nacionales.
Si se compara la evolución del Producto Interior Bruto de España (PIB) del Valor Añadido Bruto (VAB) del sector de la construcción y de la facturación y contratación en el exterior de las empresas del sector, se pueden diferenciar una serie de ciclos, en los que se denota la evolución de la influencia de los factores anteriormente descritos. Analizando cada uno de éstos se puede concluir que el desfase en la evolución política y económica de España, ha influido en la diferencia respecto a nuestros vecinos europeos, en cuanto al nivel de internacionalización del tejido empresarial en general y de la construcción en particular. En el caso concreto del sector de la construcción, el retraso del proceso de apertura de la economía española y la coincidencia de la aceleración de la globalización de los últimos años con la bonanza del sector doméstico, entre otros factores, ha provocado la tardanza de la salida al exterior de las empresas de la construcción.
Situación actual del sector
En el contexto económico globalizado, el mercado nacional pasa a ser una parte más de la totalidad de la actividad de las empresas. Por lo que la competitividad de la empresa española en el exterior está ligada con su competitividad en el propio mercado interior. De esta manera, la internacionalización se presenta como una herramienta privilegiada para la mejora de la competitividad empresarial, y a su vez toda empresa globalizada de forma sostenible es competitiva por definición.
Históricamente las empresas españolas han basado su competitividad en el precio derivado de los bajos costes de producción y mano de obra. Sin embargo, esta ventaja se ha ido perdiendo, y ahora las empresas deben implementar sus esfuerzos hacia los denominados nuevos factores de competitividad (marketing, inteligencia económica, innovación, etc.). Los mismos deben ser aplicados, en la medida de lo posible por las compañías, sobre todo por las pymes, ya que un 63% de las empresas españolas fracasa en su proceso de internacionalización. El factor clave, del que dependen todos los demás, es el capital humano. Por ello, las empresas deben modificar e implementar las buenas prácticas de las políticas de desplazamientos de los recursos humanos y de formación, sobre todo en marketing e idiomas en el caso de las empresas del sector.
Una buena elección estratégica, la clave
Uno de los aspectos importantes a la hora de acometer la internacionalización de la empresa, es la elección de la estrategia de entrada en los mercados de destino. Se puede distinguir entre:
• Exportación: la producción se mantiene centralizada en el país de origen. Por las características actuales de los bienes que produce el sector, esta estrategia podrá ser empleada por las empresas que ofrezcan materias primas, subproductos, productos prefabricados, etc.
• Acuerdos contractuales: engloba una serie de modalidades en las que no se produce inversión de manera directa por parte de la empresa que se internacionaliza, sino que dicha inversión es realizada por algún agente situado en el país de destino.
• La Inversión Directa en el Exterior: supone el compromiso de aportación de capital por parte de la empresa en el país de destino.
Las empresas multinacionales de la construcción
Si nos centramos en las empresas multinacionales del sector de la construcción, se está llevando a cabo la diversificación de sus negocios, principalmente por la necesidad de atenuar la ciclicidad del sector. Hasta ahora la fórmula de internacionalización más practicada ha sido la realización de contratos de servicios y la contratación de obra, pero desde el comienzo de la crisis en el sector doméstico, las empresas están apostando por la creación de filiales. Del estudio de las grandes constructoras españolas que se realiza en la tesina del autor de estas líneas, 'Internacionalización del sector de la construcción español, ¿crisis o globalización?', destaca la inclusión en el ‘top ten’ de la constructora Aldesa, empresa no perteneciente a la Asociación de Empresas Constructoras de Ámbito Nacional de España (Seopan). Dicho ranking está encabezado por ACS, FCC y Ferrovial, tanto en cifra de negocio total, como de construcción. Se ha producido un gran avance en cuanto a diversificación en dichas empresas. En cuanto a la internacionalización de sus negocios, queda mucho camino hasta alcanzar a las principales constructoras mundiales, ya que en 2003 los ingresos internacionales constituían en la francesa Vinci un 39,3%, en Bouygues un 49,5% y en la empresa más internacional, la sueca Skanska, un 80,4%. A pesar de ello, las grandes constructoras españolas han pasado de un 15% en 2004, a una media de 38% en 2009 respecto al total del negocio, bajando hasta un 19% si nos centramos en construcción. Europa es desde hace años la primera zona geográfica objeto de la exportación española. Las empresas de Seopan consiguen el 65% de su facturación en estos mercados. Se ha de reducir esta dependencia y dirigirse en el corto plazo hacia Brasil, que se beneficiará de la celebración del Mundial de Fútbol de 2014 y de los Juegos Olímpicos de 2016, y en el largo plazo hacia países emergentes como China, India, Brasil, Polonia, Turquía, Vietnam, Rusia, México o Indonesia.
Las pymes, la mayor presencia empresarial en la construcción
Más del 99% del tejido empresarial del sector de la construcción español está formado por pymes. La situación económica no ha hecho más que añadir dificultades a las pymes españolas, pero, aún así, el porcentaje de internacionalización, aunque creciente, sigue siendo muy bajo en comparación con las europeas. A la hora de abordar la entrada en el exterior, la alternativa exportadora supone un menor compromiso de recursos y riesgos que otras estrategias, por lo que se puede considerar más apropiada para las empresas de escasa dimensión. Sin embargo, puede resultar conveniente mirar hacia el extranjero con un horizonte temporal más largo, utilizando la inversión directa en el exterior a pesar de los posibles riesgos. Empresas del sector como Urbar Ingenieros, Vilas Anderson y Lanik Ingenieros, son ejemplos de éxito de pymes internacionalizadas.
La internacionalización, una posible solución
Las empresas del sector de la construcción deben acelerar sus procesos de internacionalización para aprovechar las oportunidades de negocio que ofrece el sector exterior e incrementar su competitividad y, con ella, su supervivencia. Para ello, organismos de ámbito nacional como el Instituto Español de Comercio Exterior, el Instituto de Crédito Oficial, la Compañía Española de Financiación del Desarrollo, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación ofrecen una gran variedad de posibilidades de apoyo a la internacionalización que pueden ser de utilidad para las mismas, sobre todo para las pymes.
Para ampliar la información ofrecida en este artículo, como los ciclos de internacionalización del sector de la construcción español, los factores de competitividad, las estrategias de entrada en países de destino, los apoyos a la internacionalización y la situación de las multinacionales y las pymes del sector, les recomendamos la lectura de “Internacionalización del sector de la construcción español, ¿crisis o globalización?”, que proporciona a las empresas españolas los conocimientos básicos para la ruptura de fronteras y el desarrollo de su potencial.