Entrevista a Ignacio Ruiz, secretario general de Ansemat
El sector ha trabajado junto al Ministerio de Agricultura para que el Plan PIMA Tierra llegase a buen puerto. Desde Interempresas hemos querido conocer de la mano del secretario general de Ansemat, Ignacio Ruiz, cómo se preparan las marcas para la entrada en vigor del Plan en mayo, y cómo se han tomado los fabricantes la forma de gestionar los tiempos por parte del MAGRAMA, además de que parte de las ayudas estén condicionadas a la eficiencia energética del tractor. Pocos días después de aprobarse el Plan PIMA, Ansemat se reunió en el Parador Nacional de Toledo para celebrar su Asamblea General Anual.
¿Qué cantidad de marcas, concesionarios y modelos de tractores se han adherido al Plan PIMA Tierra?
La práctica mayoría de marcas representadas por Ansemat, que cubren el 99% del mercado, ya han enviado la información y de ella se desprende que se han apuntado al Plan PIMA Tierra unos 500 concesionarios. Este paso es fundamental para que una vez abierto el plazo de adhesión fuese más fácil la identificación de los puntos de venta por parte del Ministerio. En cuanto a la relación de modelos, aunque existe una lista con más de 1.400 referencias que cumplen con las condiciones del Plan, el número se reduce a la mitad, unos 700, si nos ceñimos a modelos reales y de referencias comerciales.
Que una parte de la cuantía esté condicionada a la eficiencia energética del tractor ha causado cierto malestar entre los fabricantes. ¿Todas las marcas han mostrado su apoyo y se han adherido finalmente al Plan?
Todas las marcas se han adherido al Plan, pero, tal y como hemos comunicado oficialmente, no estábamos de acuerdo con volver a aplicar el criterio de eficiencia energética para poder acogerse a la subvención. Esta queja la hemos transmitido siempre, desde que comenzaron a aparecer los planes Renove, porque se trata de un criterio muy difícil de calcular y basado en unos ensayos de la OCDE con los que no cuentan un buen número de modelos que solo se venden en la UE.
Este criterio me gustaría que quedase claro. La OCDE cuenta con dos grupos de trabajo que realizan dos tipos de ensayos, uno que trabaja con las características del tractor y otro con las estructuras de protección anti-vuelco. Mientras que los resultados de esta última son tenidos en cuenta por todos los fabricantes, ya que son vinculantes para la homologación en la UE, no ocurre lo mismo con los ensayos de características que tienen su homologación propia en Europa, y que en cambio sí que son muy recurrentes en mercados como el estadounidense o el chino, que no cuentan con homologación propia. Todo ello provoca que aquellos modelos que las marcas comercializan tanto fuera como dentro de la UE cumplan con ese ensayo, pero que el resto de modelos que las marcas comercializan exclusivamente en la UE pueda ser que no lo cumplan. De ahí la queja por parte de los fabricantes, y el motivo por el cual hemos querido explicar al agricultor que es posible que vaya a pedir una ayuda y el modelo que desee no esté clasificado en las listas del Ministerio para el Plan PIMA.
El Ministerio siempre ha trabajado con Ansemat de la mano. ¿Desde la asociación les hubiera gustado hacer las cosas de otra manera?
Obviamente en la publicación de cualquier plan de subvenciones, la forma de su divulgación resulta esencial, precisamente para no introducir perturbaciones en el mercado. Desde que se empieza a anunciar, con los primeros rumores, el mercado suele salirse de la tendencia normal. Nuestra preocupación era que la divulgación no se hiciese ni en el tiempo ni con la claridad que un plan de este tipo requiere. Y efectivamente esos pasos no se han seguido correctamente, ya que el Plan se anunció en FIMA, no se aprobó hasta principios de marzo, a mediados de abril todavía no se había abierto el plazo de adhesión para los concesionarios, y los agricultores no pueden acudir a solicitar las ayudas hasta mayo.
Por otro lado, también es verdad que la realidad puede romper esos esquemas, y así ha sido. Cuando todos pensábamos que el mercado se iba a parar, ha sido al revés. Estamos gratamente sorprendidos de que los agricultores, sabiendo que tendrán esas ayudas disponibles en mayo, se hayan lanzado a comprar igualmente los tractores.
Efectivamente, los datos avanzados de tractores inscritos en este primer trimestre invitan a la esperanza. ¿Las previsiones de cara a los próximos tres meses por parte de la marcas también son buenas?
Las sensaciones y los datos que manejamos son buenos. De hecho, cuando empezamos a analizar por primera vez los datos de marzo, la gente se sorprendía de la larga lista de pedidos pendientes. Se está vendiendo absolutamente todo. La previsión que se tiene, por lo tanto, es que la tendencia siga igual de positiva, quizás no con crecimientos del 50% como en marzo, pero sí con aumentos significativos.
A pesar de que ahora habrá cambios al frente del ministerio, ¿se espera por parte de Ansemat que el Plan PIMA Tierra cuente con una segunda o incluso una tercera parte durante este 2014?
Lo que se nos dijo es que en función del éxito que tuviese el Plan, que desde luego va a ser enorme, se evaluaría, dependiendo del presupuesto disponible en el Ministerio, hacer una segunda o una tercera ampliación. No sabemos cuál va a ser ahora la situación, pero por las referencias que tenemos lo que hay por seguro es el Plan que tenemos entre manos y no barajamos otras hipótesis, sobre todo si tenemos en cuenta que este primer Plan PIMA ya ha significado un gran esfuerzo por parte del Ministerio. Cualquier paso que se dé hacia una segunda partida, será desde luego más que bienvenida.
¿El resto de fabricantes de maquinaria agrícola también han solicitado a través de Ansemat un plan como el PIMA para tractores?
El extender los planes de ayuda de renovación de tractores al resto de maquinaria ha sido siempre una propuesta que hemos recibido por parte de las fabricantes y que nosotros hemos trasladado al Ministerio. El problema está en que si consideramos que el tractor es el equipo básico de trabajo, cualquier subvención que se le aplique se convierte también en una ayuda al resto de equipos de trabajo. Pero efectivamente existen cierto tipo de máquinas, que quizás ahora mismo no, pero que en un futuro pueden necesitar una ayuda directa para la renovación, como pueden ser, por ejemplo, los equipos para la aplicación de fitosanitarios en el momento que se ponga en marcha las inspecciones obligatorias de los equipos en uso y éstos tengan que ser sustituidos por equipos nuevos.
A finales de marzo se celebró un año más la Asamblea General de Ansemat. ¿Se puede decir que el sector sigue más unido que nunca?
Rotundamente sí. Lo demuestra el hecho de que en los últimos años se ha visto una mayor participación de las empresas, viniendo a las reuniones, dando su opinión, identificando problemas, compartiéndolos con el resto de las empresas, etc. Esa idea de compartir, de ayudarse unos a otros, ha hecho que en los últimos años, a pesar de la crisis, haya habido un número mayor de empresas que se hayan asociado, con un récord en el último año, en el que se han unido diez nuevas empresas más.
Además, son muchos los retos que tenemos por delante y en los que estamos trabajando, entre ellos la nueva homologación europea de máquinas remolcadas y remolques, que entrará en vigor en 2016, y en la que llevamos trabajando desde hace un par de años en los textos junto al Ministerio de Industria y el Ministerio de Agricultura. Como asociación estamos obligados a informar a todos los fabricantes, ya sean asociados o no, porque queremos que la nueva normativa no signifique una entrada masiva de máquinas de la UE que pueda comprometer el futuro de unos fabricantes nacionales que cuentan con un producto de calidad. Es necesario que esas empresas cuenten con la información y un punto de apoyo para conocer aquello que se les viene encima.