“Las calles son de todos y debemos aprender a compartirlas”

Mientras el colectivo demanda más seguridad frente a los vehículos a motor, mayor protección contra el robo de bicicletas y más carriles por los que poder circular, una buena parte de la población, los transeúntes, se queja del comportamiento incívico de muchos de los usuarios.

De cómo fomentar su uso y cómo educar a ciclistas, conductores y peatones se encargan instituciones como la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB), que preside Miguel Ángel Cámara, alcalde de Murcia desde 1995. Cámara participó en la cuarta edición del Congrés de la Bicicleta, celebrado entre el 4 y el 6 de octubre en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), donde explicó cómo integra Murcia la bicicleta en el día a día de la ciudad.

Bicicleta y ciudad

La bicicleta está llamada a convertirse en un modo de transporte habitual en las ciudades porque, junto con los desplazamientos a pie, representa el medio idóneo para implantar una movilidad sostenible.

Sí. Los gobiernos locales estamos trabajando en la introducción de servicios de movilidad que promocionen nuevas formas de uso y un estilo de vida menos dependiente del coche. La bicicleta es una alternativa que satisface perfectamente esta demanda.

En una población tan diseminada como es el caso de Murcia, cuyos habitantes se reparten entre el casco urbano y más de 50 localidades repartidas por La Huerta, la movilidad es un aspecto clave en la calidad de vida. Aunque tradicionalmente buena parte de los desplazamientos se realizan a pie, el fuerte incremento poblacional y el desarrollo han ido motorizando los desplazamientos hacia el vehículo privado.

Conscientes de ello, en el ayuntamiento hemos apostado por el transporte sostenible y así hemos planificado nuestra estrategia a corto y medio plazo.

Hemos diseñado un Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que incluye actuaciones como la implantación del tranvía, las zonas de calmado de tráfico o los aparcamientos disuasorios. A su vez, el Plan Director de la Bicicleta de Murcia (PDBM), que se integra en el marco del PMUS, implica la adopción de una serie de medidas concretas que van desde la construcción de una completa red de vías ciclables y aparcabicis, hasta la puesta en marcha de la Oficina Municipal de la Bicicleta o del servicio público de alquiler de bicicletas.

Aunque aún queda mucho por hacer, la ciudad tiene claros sus objetivos y cómo debe alcanzarlos. Cada vez se pueden ver más y más bicicletas por nuestras calles y ello nos motiva a seguir esforzándonos por integrar completamente la bicicleta en la ciudad.

Se trata de un sistema pionero, asequible y que fomenta la cooperación público-privada y el desarrollo del comercio minorista. Así ha sido reconocido por distintos organismos como la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), como ejemplo de buenas prácticas.

El sistema se apoya en la red de comercios especializados en la venta y reparación de bicicletas para mantener y alquilar las bicicletas públicas. A cambio, los talleres perciben una remuneración por su trabajo y atraen potenciales clientes a sus establecimientos.

Darse de alta en la Oficina Municipal de la Bicicleta. Sus datos personales se introducen en un software compartido en tiempo real con los talleres y tiendas colaboradoras. A continuación, el usuario debe dirigirse a cualquiera de estos establecimientos y presentar su DNI o pasaporte. Entonces podrá alquilar una bicicleta por un período entre un día (gratuito) y un mes (15+IVA en tarifa reducida). También existen algunas destinadas a alquileres de larga duración (un año cuesta 40+IVA en tarifa reducida). El éxito de este sistema es que es económico para el ciudadano, asequible para la administración y favorable para el comercio local.

La bicicleta ha experimentado un gran aumento tanto en el número de usuarios como de desplazamientos diarios. Poco a poco la bicicleta está pasando de ser un objeto relacionado con el ocio a convertirse en un medio de transporte cotidiano para los ciudadanos.

Aunque la cantidad de bicicletas difiere mucho según la ciudad de que se trate, lo cierto es que en todo el territorio nacional se constata una evolución muy positiva.

Por un lado, los ciudadanos son cada vez más conscientes de la importancia de comportarse respetuosamente con el medio ambiente; mientras, por otra parte, han ido calando en la población las políticas a favor de la bicicleta, tales como la creación de los sistemas públicos de alquiler o la creación de infraestructuras. No podemos obviar que también la crisis económica ha repercutido en su uso, puesto que se trata de un medio de transporte rápido y muy económico, ideal para las ciudades.

Es interesante recordar que, según los datos del Barómetro Anual de la Bicicleta de España de 2011, realizado por la Fundación ECA Bureau Veritas, 20,5 millones de españoles tienen bici para uso personal.

Sí, y además 15,7 millones de españoles usan con alguna frecuencia la bicicleta y cerca de 3 millones la utilizan casi a diario. En sólo tres años se ha incrementado un 8% el número de usuarios que la usan alguna vez por semana, además de aumentar considerablemente quienes la emplean para los desplazamientos diarios. Esto significa que la bicicleta ha logrado entrar en las ciudades como medio de transporte, y no sólo por su vertiente de ocio y deportiva.

En la actualidad, Murcia cuenta con 161 kilómetros de vías ciclables, la mayor parte de las cuales con carriles bici segregados, pero también vías amables, ciclocalles y vías compartidas peatón-bici.

En general, los ciudadanos demandan cada vez más infraestructuras y por ello estamos siguiendo las pautas marcadas por el Plan Director de la Bicicleta para seguir incrementando el número de kilómetros de vías ciclables. Estamos trabajando en su correcto desarrollo e implementación.

Las ciudades deben ir acostumbrándose a la presencia de las bicicletas porque están aquí y han venido para quedarse. Debemos hacer un esfuerzo por fomentar el entendimiento y el respeto entre peatones y ciclistas, pero también entre ciclistas y conductores de vehículos a motor. Las calles son de todos y tenemos que compartirlas. Crear cultura de bicicleta es uno de los aspectos más importantes en los que es preciso hacer hincapié. Eso sí, sin olvidar que en la jerarquía de vía urbana, el peatón es siempre el primero.

En algunas ciudades, la bicicleta ya representa el 20% de los desplazamientos diarios, por lo que ya no puede considerarse como minoritario o alternativo. En estas urbes —entre las que aún no se encuentra ninguna española— ya se está produciendo ese cambio de mentalidad que implica considerar a la bicicleta como un medio de transporte más. Lo que podríamos llamar, la “normalización de la bicicleta en las ciudades”.

En primer lugar, facilitar los desplazamientos con la creación de infraestructuras ciclistas y puntos seguros de anclaje, y por otro, fomentar la convivencia y el entendimiento social llevando a cabo iniciativas como la intermodalidad de las bicicletas con los transportes públicos o el Registro Nacional de Bicicletas, que desde la red estamos impulsando y que Murcia comenzará en breve a ejecutar.

Bicicleta y seguridad

Debemos centrar nuestros esfuerzos en normalizar las bicicletas en las ciudades para crear conciencia de que deben compartir el espacio con los peatones y los vehículos a motor. La bicicleta también crea ciudad. Si nos respetamos, será más seguro para todos, y las administraciones debemos incidir mucho en este sentido. Por otra parte, debemos garantizar la creación de infraestructuras ciclables seguras y educar y sensibilizar a los ciudadanos en la seguridad vial. Aunque quizá sorprenda, una manera de incrementar la seguridad es aumentar el número de bicicletas circulando.

Más bicicletas significa ciudades con un tráfico más calmado y, por tanto, con menos accidentes. Los ciclistas necesitan circular con seguridad, deben poder hacerlo por la calzada y por zonas especialmente habilitadas para ellos, como los carriles bici, pero estas infraestructuras tienen que estar bien construidas para su uso. Así se evitarán los actuales problemas de convivencia entre peatones-ciclistas y conductores de vehículos a motor.

Diversos estudios de consultoras independientes y asociaciones especializadas demuestran que el casco en la ciudad aumenta escasamente la seguridad y, sin embargo, disminuye muy notablemente el uso de la bicicleta. Además, resulta incompatible con los actuales sistemas de alquiler de bicicletas públicas, y sería el inicio del fin de estos.

Creo que los ciclistas urbanos deben circular haciéndose ver en condiciones de escasa visibilidad incorporando a sus bicicletas luces y reflectantes. En mi opinión, el casco debe ser una recomendación pero no una obligación. En el caso de vías interurbanas, el casco sí resulta un elemento de protección de vital importancia.

El Biciregistro puede ser la clave actualmente para disminuir los robos, ya que su principal valor es que es un elemento disuasorio. Es más difícil que se sustraiga una bicicleta si quien la va a robar ve que está registrada. Con ello, se dificulta la posterior venta ilegal.

En paralelo, los usuarios deben seguir normas muy básicas de seguridad: proteger bien la bicicleta y hacerlo con buenos candados, enganchados al cuadro y a la rueda delantera, y empleando candados en U y cadenas de un grosor y materiales adecuados. Siempre que sea posible es aconsejable utilizar aparcamientos seguros y no dejar la bicicleta muchas horas por la noche en lugares poco concurridos.

Desde la Red de Ciudades por la Bicicleta se están difundiendo entre sus miembros estas y otras iniciativas, incluyendo el Biciregistro, que es la propuesta de la red y que cuenta con el visto bueno de la Dirección General de Tráfico.

Murcia y los robos de bicicletas

Murcia se ha tomado muy en serio el problema de los robos por tratarse, según explica Cámara, de uno de los principales aspectos, junto con la seguridad, que más desincentivan el uso de la bicicleta en las ciudades. Así, desde la Oficina Municipal de la Bicicleta se han puesto en marcha distintas iniciativas centradas en aumentar la seguridad de los usuarios frente al robo y al vandalismo.

Red de aparcabicis cerrados

Se trata de una serie de jaulas guardabicis, ‘bici-box’, repartidas por la ciudad, que cuentan con un sistema telemático de control de accesos mediante el cual se puede controlar en tiempo real qué persona ha utilizado un aparcabicis, a qué hora, cuántas veces, si se ha olvidado de cerrar la puerta, o si ha habido un acceso no autorizado.

La web de recuperación de bicicletas del Depósito Municipal

Murcia ha sido pionera en España con esta exitosa iniciativa. Las bicicletas recuperadas por la Policía Local se almacenan durante un año en el depósito. Una vez allí, se etiquetan y fotografían para subir su información a la web de la Oficina de la Bicicleta. “Quien busque su bicicleta robada o perdida, puede ver a través de Internet si se encuentra en el depósito y, en su caso, recuperarla. Pasado un año, las bicicletas son puestas otra vez en circulación y enviadas a asociaciones sin ánimo de lucro que las puedan necesitar”, explica Cámara.

Campañas para el fomento de la adquisición de candados seguros y consejos sobre las formas más seguras de anclar las bicicletas a los aparcabicis, así como otras en materia de seguridad frente al robo y al vandalismo.

Asegurar la bicicleta

Por otra parte, cada vez hay en el mercado más compañías aseguradoras que ofrecen productos especializados en las bicicletas a precios razonables. Al mismo tiempo, debemos esforzarnos y así lo hacemos, en promover la coordinación entre las fuerzas de seguridad e implicar a las distintas administraciones para que sean conscientes del problema y articulen sinergias para que la información sobre los robos circule eficazmente entre ellas.

Bicicleta y automóviles

Lo ideal sería que tuviera conocimientos del Código de Circulación, pero no podemos pretender que todos los usuarios de bicicletas pasen antes por la autoescuela. En cualquier caso, sí sería aconsejable que, como mínimo, conocieran las normas básicas de circulación. Para ello, desde los ayuntamientos nos preocupamos en enseñar a los escolares las normas de seguridad vial.

Murcia, por ejemplo, convoca un concurso entre los colegios y organiza visitas al Parque Infantil de Tráfico, con la colaboración de la Policía Local y la Oficina Municipal de la Bicicleta. Además, cada año se realizan cursos de conducción segura en bicicleta para niños y adultos, además de talleres formativos para paliar estas posibles deficiencias. Asimismo, tenemos previsto la creación de una Bici-Escuela que desarrollará la Oficina Municipal de la Bicicleta.

Pues por el centro del carril ya que se trata de un vehículo más. Debe adelantarse a las condiciones del tráfico y señalizar debidamente sus maniobras. Es fundamental la utilización de luces entre la puesta y la salida del sol y, por supuesto, respetar las normas de circulación.

Sí, salvo en lo relativo a la obligatoriedad del casco y a la posibilidad de circular en grupo aunque no sea en fila.

Biciregistro, una medida antirrobo

Se cumplen ahora 11 meses desde la implantación en Zaragoza del Registro Nacional de Bicicletas, y la experiencia, según apunta el presidente de la Red Española de Ciudades por la Bicicleta, ha dado muy buenos resultados.

“Los ciudadanos se han volcado con la propuesta, y ya se han creado más de 1.500 cuentas de usuarios. Gracias a esta primera experiencia se ha podido llegar a un Biciregistro mejor”, explica. Además, se acaban de aplicar nuevas mejoras en el sistema para que sea “más ágil y admita el pago online”. Según Cámara, se trata de un sistema que disuade del robo y facilita la recuperación de las bicicletas robadas o extraviadas independientemente de su localización geográfica. “Es muy práctico, asequible y sencillo de utilizar, por lo que creemos que su éxito está asegurado. Es un plus que el registro sea a nivel nacional y no sólo local, comarcal o regional”. En este sentido, Cámara apunta que se irá implantando poco a poco en todas las ciudades socias de la red. “Hace pocos días por ejemplo lo han puesto en marcha también Logroño y Albacete”.

“Desde la RCxB estamos convencidos de la efectividad del Biciregistro, no sólo porque reducirá el número de robos, sino porque también, al producirse esta disminución, aumentará el número de usuarios”. En la actualidad, el robo es la cuarta causa que frena a los ciudadanos a desplazarse con su propia bicicleta. “Reduciendo este factor de freno, conseguiremos ciudades con más bicicletas circulando”, asegura.

Creo que en muchos casos no se trata de que no conozcan las normas, sino de que creen erróneamente que, por el hecho de circular en un vehículo sin matrícula, no están sujetos a ellas. Como he dicho anteriormente, debemos esforzarnos en crear una cultura de la bicicleta en que este tipo de actos se desaprueben. No se trata de multar indiscriminadamente, ya que esto debe ser la última de las opciones, cuando claramente queremos fomentar un transporte sostenible como es la bicicleta. Antes debemos educar a los ciudadanos a que conozcan y respeten las normas, y en ello estamos con estos talleres formativos teórico-prácticos.

Sí, sin duda alguna. Como comentaba, sería conveniente que todos los ciudadanos tuviesen un conocimiento mínimo de las normas de circulación ya que, tanto peatones, como ciclistas y conductores de vehículos a motor, comparten las calles.

En la RCxB, cada miembro establece sus propios cursos o talleres de formación a distintos colectivos sociales y con la periodicidad que ellos determinan. Para nosotros es muy importante la formación y, por eso, fomentamos la promoción de las políticas de educación vial entre sus miembros. También participamos en foros sobre educación vial y estamos presentes en las principales mesas de trabajo de la movilidad, siendo un interlocutor habitual de la Dirección General de Tráfico.

El Código de Circulación es muy estricto respecto a sanciones, pero el fomento de la bicicleta no pasa por incentivar las denuncias ni tampoco por suavizarlas.

Hay que evitar que se dé esta situación y, en caso de no poder hacerlo, que las sanciones sean justas. La Red de Ciudades por la Bicicleta está trabajando para que las normativas municipales sean congruentes con el Código de Circulación a todos los niveles. De hecho, pretendemos que una nueva reforma del Código de Circulación homogenice aspectos hasta ahora tan dispares entre unas ciudades y otras como las sanciones o las zonas sobre las que está permitido circular en bicicleta o estacionarla.

Bicicleta y peatones

Apelamos al respeto mutuo y a la convivencia entre las partes. Creemos que, salvo casos excepcionales, lo normal es que no se produzcan situaciones anómalas. Cada día miles de bicicletas comparten las calles con los peatones y es normal que en alguna ocasión puntual se produzca alguna discrepancia. De nuevo, la normalización y la cultura de la bicicleta es aquí el punto clave. Algunos países europeos nos llevan décadas de ventaja en este aspecto.

Es tan cierto que los peatones invaden los carriles bici como que las bicis circulan por las aceras. Incluso es habitual ver gente caminando, haciendo footing o con carritos de bebé o de la compra por los carriles bici. Pero también es verdad que a menudo las aceras son utilizadas por las bicicletas. Sin embargo, aunque cada uno debería circular siempre por su propio espacio, creemos que esto no es necesariamente peligroso siempre que las bicicletas respeten la prioridad de los peatones y circulen a una velocidad moderada.

Aunque existe jurisprudencia que permite la circulación en aceras señalizadas a tal efecto, en general, la respuesta es no. Según el Código de Circulación, un ciclista no puede circular por la acera. Sin embargo, en la mayoría de las ciudades existe una cierta permisividad encaminada a fomentar la movilidad sostenible en bicicleta y se tiende a advertir antes de sancionar.

No obstante, en las aceras los ciclistas deben circular a una velocidad próxima a la de los peatones, con máxima precaución y respetando su prioridad.

Tanto las distintas ordenanzas locales como el Código de Circulación prevén sanciones para los ciclistas incívicos, al igual que para los peatones incívicos que no respeten a los ciclistas. Sin embargo, insisto en que sancionar debe ser la última de las alternativas. Antes es preciso educar y legislar adecuadamente, tanto para las bicicletas como para los vehículos a motor y para los peatones. Por y para ello está trabajando la Red de Ciudades por la Bicicleta.

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