Balmes Multicinemes, fachada luminosa para un cine que evoca la tradición

Cuando a mediados de los años 80, la familia Balañà, a instancias del Ayuntamiento de Barcelona, decidió recuperar un viejo solar de su propiedad en la calle Balmes para levantar unos multicines en la calle Balmes de Barcelona, recurrió al estudio Enric i Robert Mir Arquitectes (+estudi MMASS arquitectura), que cuenta con una sólida experiencia en la proyección y reforma de salas de cine y teatro. Hoy, Balmes Multicinemes es una de las salas más modernas de la ciudad, pero al tiempo evoca la calidez de los tradicionales cines de barrio.

La historia de este solar situado entre las calles Balmes y Castanyer es larga y enrevesada. En 1954, el violinista Joan Manén, una figura muy reconocida en todo el mundo por su virtuosismo, decidió construir un auditorio en Barcelona para regalarlo a la ciudad en agradecimiento por todo lo que ésta le había dado en su profesión como músico. Así, respaldado por el soporte económico de la familia de su mujer, de origen cubano, que poseía en la isla plantaciones de caña de azúcar, compró un solar en la parte alta de la calle Balmes, frente al Parc del Putxet. El auditorio dotaría al barrio de un equipamiento cultural y, además, completaría la oferta musical que ya ofrecía el Liceu y el Palau de la Música.

En 1957 se iniciaron las obras, a partir de un proyecto del arquitecto Guillem Cosp i Vilaró. Sin embargo, dos años después triunfó en Cuba la revolución y las plantaciones pasaron a manos de los revolucionarios, con lo que la fuente de ingresos que tenían los Manén para pagar el auditorio dejó de fluir y se interrumpieron las obras. Manén intentó convencer al Sr. Porcioles, por entonces alcalde de la ciudad, para que el ayuntamiento se hiciera cargo de las obras y así finalizar el auditorio, pero éste se negó argumentando que se trataba de una obra privada y que Barcelona no necesitaba de más auditorios de música.

Manén, ante la situación de deudas que había contraído con la construcción del auditorio, lo ofreció a la familia Balañá, que ya contaba con diferentes locales de espectáculos en la ciudad. Pedro Balañá compró el solar, no tanto pensando en una inversión de futuro, sino porque siempre había tenido una relación muy próxima con la música y desde una actitud altruista, le pareció que era una buena manera de ayudar a Joan Manén.

El solar fue adquirido en 1962, pero las obras del auditorio no prosiguieron. A lo largo de los años surgieron algunas iniciativas para construir bien un equipamiento sanitario o un edificio de viviendas, pero finalmente no progresaron y el solar quedó cerrado hasta los años 80 del siglo XX.

Durante esa década, el Sr. Pasqual Maragall, que vivía algo más arriba del barrio donde se ubica el solar, en su traslado diario hacia el Ayuntamiento cuando era alcalde de la ciudad, pasaba cada día por delante del solar. En un momento determinado decidió que el edificio no podía seguir de esa manera, deteriorándose con el paso del tiempo, y habló con Pere Balañá, el hijo de quien había comprado el solar en su momento. El plan General Metropolitano de Barcelona calificaba este solar como equipamiento, de nueva creación; con lo que se tenía que concretar su uso. Se llegó a un acuerdo mediante el cual el Ayuntamiento tramitaría, la calificación como equipamiento cultural para este barrio de la ciudad, por medio del preceptivo plan especial para definir y concretar el uso.

“En la definición de este plan especial ya intervinimos como arquitectos”, explica Enric Mir, arquitecto, junto a su hermano Robert, de esta obra. “Con el Ayuntamiento y sus servicios técnicos, enfocamos el Plan Especial y la volumetría resultante desde una perspectiva de ciudad. Se acordó las características que debía tener la volumetría, reconociendo las diferencias urbanas de una calle como la de Balmes respecto a la calle Castanyer. Por esa razón el edificio se compone de dos volúmenes, cada uno de ellos relacionado con la escala urbana de la ciudad a la que la calle da fachada. Por otro lado se definieron las alturas sobre todo para ocultar las medianeras de los edificios vecinos que alcanzan hasta doce plantas. Tras unas negociaciones donde participaron Ayuntamiento y Generalitat, se acordó definitivamente la definición de la volumetría en 1996.”

Una vez aprobada la planificación urbanística se entró ya en la dinámica de construcción. Primero se procedió a derruir la obra ya construida, un proceso muy complejo por los edificios que había alrededor y porque la obra existente tenía ya tres subterráneos construidos. Posteriormente se pidió la licencia de obras, pero surgió un problema: “…una de las particularidades del ajuste de volumetría que nos pidió la Generalitat durante la definición volumétrica era reducir la altura del edificio cosa que obligó a que el edificio se enterrara una planta correspondiente a la planta inferior de cines. Dado que la normativa demandaba un número determinado de plazas de aparcamiento, con los nuevos ajustes, el edificio debía bajar una planta sótano más que el original. Finalmente, la volumetría resultante son casi 30 metros en altura y otros 30 metros en profundidad”, explica Mir.

Entre 2003 y 2004 se iniciaron las obras. “Fueron muy complejas. El edificio de al lado tenía patologías estructurales notables y, además, en el lado de fachada existía el problema de la proximidad de los túneles de una línea subterránea de los Ferrocarrils de la Generalitat. Por ello, no podíamos atirantar las pantallas como hubiéramos hecho en otros casos. Tomamos la decisión de hacer una construcción con la técnica ascendente – descendente en una mitad del solar -la correspondiente a la volumetría de Balmes-, mientras que la otra mitad se realizaba de manera habitual. Es decir, en la mitad del solar se excavaron unos pozos z-pilotes de 1,50 m de diámetro y en cada uno de ellos se colocaron los pilares de 25 m de longitud; se construyó el forjado sobre el suelo existente y luego se excavó por debajo para generar el espacio de la planta inferior, construyéndose el forjado de la planta -1 y así hasta excavar y construir toda esta parte del edificio.

La otra mitad del solar se realizó paralelamente con un sistema tradicional de apantallamiento de micropilotes formados con perfiles metálicos de sección grey de 160 mm, anclados y posterior excavación a cielo abierto. “Fuimos pioneros en Barcelona al aplicar un sistema de seguimiento digital segundo a segundo de la verticalidad de las pantallas, decisión de la que estamos muy satisfechos. Nos preocupaba que al bajar tanto, el edificio de 12 plantas que teníamos al lado pudiera tener algún movimiento no previsto”. La aplicación de esta tecnología permitió al Estudi +MMASS Arquitectes hacer un seguimiento cuidadoso en todo el proceso de vaciado del solar.

Una vez finalizada la excavación y con medio edificio construido con técnica ascendente – descendente, se procedió a construir parte del edificio que corresponde a la volumetría de Castanyer, que se realizó con una estructura tradicional de zapatas, pilares y forjados de hormigón. Una vez construida la parte del edificio correspondiente al aparcamiento y debido a una serie de conflictos surgidos entre propiedad y constructora, la obra quedó parada de nuevo casi dos años. Se había construido ya hasta la planta -1 y en superficie dos pilares sobresalían del rasante, por lo que la percepción para los ciudadanos de la calle era de nueva parálisis. De todas maneras, durante ese tiempo se estuvo trabajando y acabando las plantas inferiores de aparcamiento.

Plano de la planta segunda. A la derecha la fachada de Balmes.

La segunda fase de la estructura vertical fue totalmente metálica y mixta la horizontal, siendo una estructura que entrañaba cierta complejidad. “En esta obra creo que tenemos presencia de casi todos los sistemas estructurales, excepto el post-tensado: pantallas de hormigón de 25 metros de largo x 25 de altura que se sustentan por dos pilares; cerchas tradicionales, cerchas vierendeel; forjados de losa de hormigón, forjados haircol, estructuras colgadas etc. Toda esta mezcla de sistemas estructurales se debe a las diferentes problemáticas que genera un edificio de este tipo, con luces que van de los quince a los 20 metros, con lo que se tiene que recurrir prácticamente a todos los sistemas de estructura conocidos. Nuestro calculista Pere Castelltort, con nuestra ayuda, lo resolvió perfectamente. Se ha hecho un seguimiento y hasta ahora la estructura se ha comportado muy bien”.

Existía la voluntad de que la estructura metálica de los dos pilares principales de la obra quedará vista en la fachada, lo que podía generar un problema a efectos de protección contra fuego. Por ello la estructura exterior está dimensionada por cálculo frente al fuego, según los eurocódigos. La estructura horizontal de la volumetría de Balmes, se resuelve con una gran cercha vierendeel de 4 plantes y en lugar de que un solo pilar aguantara esta vierendeel, se plantearon dos pilares unidos para que si en caso de incendio se produjera la consecuente deformación, este otro compensara parte del esfuerzo. Esta opción de los dos pilares, además, resultaba interesante desde el punto de vista estético.

El programa se organiza a partir de un núcleo de comunicación vertical constituido por un gran vacio de 4 plantes que incorpora una pantalla de ascensores y una escalera exenta colgada de hormigón armado. Este gran espacio central de 400 m² de planta, además se constituye como escalera protegida. Aunque todas las salas tienen su salida específica de evacuación directa a la calle, la definición de esta escalera con un gran espacio central abierto y vacío de 4 plantas como escalera protegida permite que ésta, siendo abierta en todas sus plantas, contabilice como acceso y escalera de evacuación. “Buscábamos que este espacio fuera diferente de la mayoría de cines, para que llegue la luz natural y para que durante el día se viva de una manera diferente; en el resto de los cines, sus espacios son siempre obscuros y sin luz natural. Cuando se entra en el distribuidor se accede en sí al cine”.

El núcleo de comunicación vertical está constituido por un gran vacío de 4 plantas.

El gran espacio central de 400 m² de planta se constituye además como escalera protegida.

Para definir la fachada, se planteó desde un tratamiento climático pensando, a efectos de funcionamiento del cine, en el nivel de confort estrictamente necesario en los espacios de transición, que son el vestíbulo de entrada, los vestíbulos de distribución, la escalera y los vestíbulos de cada sala. “Normalmente –explica Enric Mir- cuando se entra en las salas vamos vestidos según las condiciones climáticas exteriores, por lo que se considera que estos espacios de transición también son de calle y la situación de confort se diseña con una solución de transición intermedia. En los primeros proyectos ejecutivos, trabajamos la fachada bajo una perspectiva climática. En este caso, el cliente consideró que los espectadores llegaban a la sala vestidos de calle, con lo que las condiciones térmicas y el umbral de confort debían estar garantizados hasta cierto nivel entre calle e interior. Esto nos dio las pistas de cómo acabar resolviendo la fachada. Por otro lado, en el aspecto acústico, por mucho que en un cine se cuide especialmente este requerimiento, es más importante la transmisión del interior de la sala hacia las otras salas vecinas. Así, cada sala desde el sistema Box in Box, es una caja independiente acústicamente, con lo cual en su relación con el exterior la transmisión acústica no es tan relevante, porque la barrera acústica está en el cerramiento de cada sala con los elementos de circulación interiores y entre sala y sala”.

En la fachada se ha acabado colocando vidrios de casi tres metros de altura. “Se trata de lunas laminadas típicas de escaparate, con un vidrio muy claro y que controla las filtraciones solares sobre todo por su propio tratamiento de color. Además, por su grosor funciona muy bien acústicamente”.

Parte de la fachada cierra el vestíbulo y otra parte las cabinas de proyección, con la misma solución de acristalamiento. “Queríamos que la relación del edificio del cine con el exterior fuera equiparable en imagen a la de los edificios vecinos, que son de viviendas, con balcones y terrazas. Cuando se proyecta un edificio de equipamientos que debe convivir con otros de uso habitacional en un medio urbano consolidado, la intención más adecuada de la arquitectura moderna es dialogar y por tanto equiparar los lenguajes de ambos”.

El hecho de que las cabinas de proyección tuvieran fachada de vidrio fue uno de los caballos de batalla del proyecto. “Según los datos que tengo, en su momento esta era la única sala multicines del mundo con cabinas de proyección con cerramiento de vidrio. Fue un reto conseguir que las cabinas dieran a fachada, principalmente por la oposición de los responsables de las empresas de imagen y sonido del ramo pues tradicionalmente las cabinas son ciegas. Realmente el único problema es que los proyectores digitales necesitan para su operatividad una temperatura estable, de unos 18 grados independientemente del acabado del cerramiento de fachada. En cualquier caso, la temperatura se compensa gracias al aire acondicionado”.

Normalmente, cuando una sala de cine o teatro da a la calle, la fachada es totalmente opaca. En este caso, sin embargo, se buscaba la equiparación arquitectónica con el entorno y de aquí surgió la idea de emplear vidrio coloreado. “Hicimos algunas pruebas para comprobar cómo los vidrios reaccionaban al soleamiento. Al principio tuvimos algún problema con vidrios que presentaban envejecimiento prematuro, pero después pudimos dar con un proveedor que nos proporcionó el producto que funcionaba a nuestras exigencias. Dependiendo del color algún vidrio genera una transmisión mayor de temperatura. Curiosamente, los colores amarillos reaccionan diferente. El mismo vidrio puede cambiar su prestación y reaccionar de manera diferente simplemente dependiendo de la lámina de butilo del color interior que tenga. Es más, la luz interior natural se ha visto condicionada por el color de los cristales, efectos de lo que estamos especialmente satisfechos”.

La fachada supone un gran escaparate a la vida del barrio, así como un gran aporte de luz natural al interior del recinto. “Los arquitectos siempre intentamos hacer cierto experimento de investigación en nuestros proyectos y en este caso queríamos demostrar que un cine no necesariamente tiene por qué ser una caja totalmente oscura y cerrada. El aporte de luz natural está muy trabajado. En el vestíbulo tenemos iluminación artificial, pero con un aporte de mínimos o máximos dependiendo de la hora del día y de la iluminación natural que pudiéramos tener”.

Toda la fachada está resuelta con estructura metálica, con unos perfiles también en grey que generan el vuelo y actúan como enmarcado, con un revestimiento de acero o de aluminio, según el caso, que acaba ejerciendo de enmarcado de la propia estructura principal. “Los vidrios son laminados recogidos en U únicamente superior e inferior y simplemente atestados lateralmente con un cordón vertical de silicona. Hicimos pruebas tanto desde el punto de vista formal como físico para ver cómo funcionaba esta solución y finalmente, comprobamos que de esta manera se generaba una mejor respuesta respecto al exterior, porque su comportamiento es más flexible. Un vidrio amortigua al otro y genera un efecto de confort al no haber transmisión acústica directa. Es una tema de percepciones, percepción de la luz, percepción del exterior, percepción de los sonidos que nos envuelven”.

Desde que el cine entró en funcionamiento (2013), el comportamiento de la fachada ha sido el esperado, sin generar ningún problema. “Este ha sido un proyecto muy largo. Empezamos a trabajar en el plan especial en 1996 y la obra finalizó en 2013, por lo que pasaron muchos años, y le dimos muchas vueltas a la concepción de la fachada. Finalmente, estamos muy contentos con el resultado. Nos preocupaba cómo iba a responder el vidrio, porque el hecho de tener diferentes colores, podría implicar una respuesta diferente a la insolación en cada caso, así que hicimos algunas pruebas de comportamiento a la temperatura que luego han corroborado lo correcto de la elección. Durante todo este tiempo solo se ha roto un vidrio, pero se debió a un problema de mal ajuste en su instalación”, explica Enric Mir.

La aceptación del barrio ha sido muy positiva. El negocio del cine en España y Cataluña ha quedado en manos de algunos grupos familiares y de empresas multinacionales, y ambos entienden el negocio de manera distinta. “Muchas multisalas responden a un modelo de establecimiento de ocio autónomo pero sin mucha relación con el barrio. El Grup Balañá, quizás al tratarse de un negocio familiar, siempre ha entendido el cine de otra manera, desde la cercanía y la calidez; como si fuera el cine de barrio de toda la vida. Esto genera una conexión de proximidad entre el local y el espectador que genera una relación casi de fidelidad. Creo que la cadena ha conseguido este objetivo en la mayoría de sus cines”, explica Mir.

“La empresa Balañá —añade— siempre ha valorado la calidad arquitectónica de sus cines, ya sean las grandes salas de los años 40 o 50, como las construidas en los 70 o cuando el modelo cambió hacia las multisalas, como es en este caso. Tanto es así, que he constatado que arquitectos reconocidos de la ciudad de Barcelona suelen venir a este cine, no solo para ver una buena película, sino también por las cualidades arquitectónicas del edificio que acompañan la exhibición”.

En la parte superior del edificio debían habilitarse las oficinas de la empresa propietaria. Sin embargo, desde que se entregó la licencia de obra hasta el final de la misma la normativa respecto a la climatización y renovación de aire varió bastante. Cuando se reemprendió el proyecto fue necesario asumir la renovación de aire según la nueva normativa vigente. Eso implicó duplicar el espacio destinado a maquinaria, porque se doblaba la capacidad de renovación de aire y, además, tanto por normativa como por voluntad propia, la instalación debía dotarse de recuperadores de calor.

En consecuencia, el espacio necesario para maquinaria se amplió extraordinariamente. La previsión inicial en cubierta con las actuales demandas, era excesiva. Se llegó a un acuerdo entre la empresa Balañá y el Ayuntamiento para destinar parte del espacio de oficinas a la maquinaria de climatización y recuperación de calor. “Toda esta maquinaria, a su vez, elevaba el nivel acústico de funcionamiento respecto a los vecinos. La propiedad, responsablemente con su ciudad, asumió la totalidad de la problemática generada por estos inconvenientes y de los 400 m² de planta previstos para oficinas, pasamos a solo 200 m². Al ubicar la maquinaria dentro de una estructura de forjado específica, solucionamos también el problema acústico derivado”.

Experiencia en salas de cine y teatro

El estudio Enric i Robert Mir Teixidor MMASS Arquitectes tiene una gran experiencia en el mundo del cine y el teatro. “Nuestro trabajo en cines –explica Enric Mir- ha sido como una autoformación. Al acabar la carrera en 1986, tuve la oportunidad de hacer un primer esbozo de la reforma del cine Capitol, en Las Ramblas, también del Grupo Balañá, para obtener dos salas en lugar de una. La idea gustó mucho y me encargaron el proyecto y dirección de obra. Después ya trabajé en el Cine Doré y posteriormente con la incorporación de mi hermano, el estudio proyectó y llevó a cabo las multisalas Glòries, en un centro comercial, “donde empezamos a trabajar y experimentar con la placa laminada de cartón yeso, material con el que no había aún mucha experiencia acústica por entonces. Después vinieron, el Aribau y el Palacio Balaña, ambos sobre o con medianera a los túneles del tren o metro, con lo que experimentamos técnicas acústicas de transmisión de vibraciones con el asesoramiento de Paco Daumal. Seguidamente el Bosque. En cada cine hacemos un trabajo de innovación, no solo desde el proyecto sino además desde la técnica constructiva y acústica”.

El estudio también tiene experiencia en la reforma y reconversión de teatros, como el Coliseum, el Principal, el Tívoli o el Borrás, o la vuelta al uso teatral de las salas Capitol y del Novedades, cuando aún existía. “También reformamos la plaza de toros Monumental, en diferentes intervenciones, hasta que se cerró”.

El último proyecto en cines ha sido, precisamente, el de Balmes Multicinemes.

Enric Mir, arquitecto junto a su hermano Robert de los Balmes Mullticinemes, junto a un antiguo proyector recuperado de uno de los cines del Grupo Balañá. Foto: AFL.

Ficha técnica

Arquitectos: Enric y Robert Mir Teixidor - Mmass Arquitectes

Legalización: AB2

Arquitectura Técnica: Ute22 + Raúl Cabeza

Arquitecto calculista: Pere Castelltort

Ingeniería: José Alfonso Ruiz

Constructores:

• Fase 1: Constructora parking: Proinosa
• Fase 2: Constructora principal: Constru-Buch, S.L.

Empresas colaboradoras fachada:

• Estructura metálica: Cullere i Sala, S.L.
• Cerrajería: Vidal Metal·Lúrgics, S.L.
• Paneles prefabricados: Mosaics Ubasart, S.L.
• Tancaments vidre: Metalisteria Mecrimar, S.L.
• Tipo de vidrio: Vidrios laminados 8+8 butyral, tanto pintados como mate, color y transparente.
• Tancaments alumini: Aluminis Iluro, S.L.

Fotografías: Nicanor García