Nuevo etiquetado de neumáticos: ‘Útil pero mejorable’

El nuevo etiquetado europeo para neumáticos, de obligado cumplimiento en el punto de venta desde el pasado 1 de noviembre de 2012, ofrece información al conductor acerca de tres aspectos importantes, relacionados con la seguridad y el medio ambiente, de neumáticos de turismos, vehículos comerciales, 4x4, camiones, autocares y autobuses. Por un lado, se informa sobre el consumo de carburante, de manera que cuanto mejor esté clasificado un neumático, menor será su consumo de combustible. Este dato, con calificaciones que van desde la A hasta la G, está también directamente relacionado con las emisiones de CO₂ y, por tanto, con su impacto en el medio ambiente. Hay que recordar que el sector del transporte mundial, principal fuente de gases de efecto invernadero (GEI), emite 6.453 millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera, de las cuales, el 73% corresponde al transporte por carretera. Sólo en España se emiten unas 110 millones de toneladas de CO₂, lo que nos sitúa por encima de la media, con 2,39 toneladas de CO₂ por persona.

El RACC y Michelin han elaborado un estudio que analiza los pros y los contras de la nueva etiqueta. Según explica a Interempresas Xavier Ruestes, director de programas de la Fundación RACC, con respecto a uno de gama baja, un neumático de las mejores prestaciones, es decir, uno de los mejor clasificados según el nuevo etiquetado, permite ahorrar hasta 0,5 litros de combustible a los 100 kilómetros. “Esto supone muchos euros al año para cualquier conductor”, sostiene Ruestes.

El segundo apartado hace referencia a la distancia de frenado en mojado, con diferencias de 15, 20 ó 25 metros entre neumáticos según la categoría (también clasificadas de la A a la G). La diferencia entre un mal neumático y uno bueno, explica Ruestes, es que con el primero un conductor necesita un 30% más de distancia en la frenada. “Esos metros de diferencia pueden hacer que salgamos airosos de una situación complicada o que tengamos un accidente”, sostiene Ruestes.

Por último, el nuevo etiquetado informa sobre el ruido exterior de la rodadura del neumático, medido en decibelios.

El neumático es uno de los elementos más destacados e importantes en la seguridad de los vehículos. “Su buen estado permite evitar muchos accidentes”, apunta el director de programas de la Fundación RACC, y su mantenimiento es fundamental ya que la distancia de frenada puede ser mucho mayor en un neumático en mal estado o con la presión inadecuada.

Según las estadísticas que maneja el club de automóviles, 4 de cada 10 vehículos circula con unos neumáticos en un estado inapropiado o con una presión incorrecta. “En España hay poca cultura de la importancia de tener un neumático en buen estado y de mantenerlo adecuadamente”, añade Ruestes.

Del papel que desempeñan los neumáticos en la seguridad vial también habla el RACC y Michelin en su informe. Así, según el estudio, en base a los datos de la Dirección General de Tráfico, durante el periodo comprendido entre 2005 y 2009 se contabilizaron un total de 576.398 vehículos accidentados con víctimas, de los cuales 287.582 se produjeron en carretera. El mal estado de los neumáticos fue participe en 961 accidentes, es decir, en un 0,33%. De los 11.512 accidentes mortales en el mismo periodo, 103, es decir el 0,89 % tuvieron como causa principal el estado defectuoso de los neumáticos. Según el estudio, el riesgo de tener un accidente mortal por tener los neumáticos defectuosos, es más del doble que el que produce cualquier otro defecto del vehículo.

El mercado de segunda mano

Como en otros sectores, la crisis ha suscitado el auge y la proliferación del mercado de segunda mano de neumáticos. En este sentido, Ruestes muestra su recelo con este tipo de actividades. “No puedes saber las condiciones previas del producto, el uso o mal uso que le hayan podido dar, y con un neumático te juegas mucho, te juegas tu seguridad. Yo lo desaconsejo”.

La irrupción en el mercado de la nueva etiqueta es “una buena iniciativa” que el RACC valora como “muy positiva y útil”, pero a la que, según Ruestes, “le faltaría algunas cosas”. El RACC que un comprador de neumáticos ha de tener en cuenta estos tres apartados, pero también hay otros igual de importantes que no constan en la etiqueta como la durabilidad del neumático, es decir, su vida útil medida en kilómetros. Tradicionalmente, siempre se ha dicho que el neumático se debía cambiar cada 40.000 kilómetros, pero lo cierto es que, según explica Ruestes, puede variar entre 20.000 y 60.000 kilómetros, dependiendo de la marca y del modelo en concreto. “Los fabricantes hacen tests de durabilidad para cada uno de sus modelos, así que conocen perfectamente este dato. Yo recomiendo a todos los conductores que pregunten siempre a su distribuidor cuántos kilómetros va a durar el neumático antes de decidirse por uno o por otro”.

El nuevo etiquetado contempla la distancia de frenado en mojado pero no en seco. Este es otro de los aspectos que, para Ruestes, se podría incluir para mejorar la experiencia e informar convenientemente al cliente. “El 70% de los accidentes en nuestras carreteras se producen en seco, por lo tanto, esta información creo que debería figurar en la etiqueta”. Otro dato que debería incluir a juicio del director de programas de la Fundación RACC es la adherencia en curvas del neumático, ya que según explica, uno de cada cuatro accidentes tiene lugar en una curva.

Aunque todavía no hay estudios sobre el impacto e índice de aceptación del nuevo etiquetado entre los conductores, el RACC considera que el usuario valora de forma “muy positiva” la iniciativa, y que, en mayor o menor medida, tiene en cuenta los datos que ésta aporta. “El consumidor lo ha interiorizado muy bien en el caso del etiquetado de, por ejemplo, los electrodomésticos, y sabe perfectamente que A es mejor que D. En este caso, ha servido para la toma de decisión a la hora de elegir un electrodoméstico".

Aunque todos los neumáticos que se venden en nuestro país cumplen con los estándares y la legalidad vigente, un mismo fabricante desarrolla y suministra varias calidades (A, B, C, D…). “Hace un año un consumidor iba a comprar y no tenía muy claro lo que estaba adquiriendo, iba un poco a ciegas y acaba comprando lo que le aconsejaba el vendedor”, indica Ruestes. El nuevo etiquetado se erige como una herramienta útil para la decisión de compra. Ahora el conductor sabe lo que está adquiriendo, puede valorar y comparar entre la oferta existente antes de decidirse por uno u otro. “Tenemos la confianza de que el nuevo etiquetado va a redundar en una mejora en la seguridad vial de nuestro país”, concluye el director de programas de la Fundación RACC.