Investigadores de la UCO certifican la autenticidad del aceite de oliva virgen con técnicas genéticas
22 de febrero de 2010
Un grupo de científicos del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC, en colaboración con investigadores de la Universidad de Córdoba (Uco), aplican técnicas genéticas al aceite de oliva virgen para así asegurar su trazabilidad y eliminar posibles fraudes. En consecuencia, se han concretado unos criterios que rigen el uso de técnicas de análisis de ADN, en la autentificación de este óleo. Para ello, se ha investigado sobre la huella genética de este alimento, objeto de estudio del trabajo bautizado como estrablecimiento de las bases de la trazabilidad del aceite de aceituna. Esta investigación se enmarca dentro del proyecto europeo del VI Programa Marco que pretende, a largo plazo, identificar las variedades de aceituna que componen el aceite y la región de la que procede.
Una de las soluciones para asegurar la calidad de los productos ha sido obtener métodos para determinar la denominación de origen. En la comercialización de alimentos, la adulteración ha generado técnicas encaminadas a definir la autenticidad de los productos. Por ejemplo, el aceite de oliva virgen se ha intentado mezclar con otros tipos de aceite también de oliva aunque de menor calidad (refinado u orujo); incluso, en otras ocasiones, se ha llegado a mezclar con otros procedentes de semillas. En opinión de estos científicos, las modificaciones “tienen consecuencias no sólo por el fraude que suponen hacia el consumidor, sino también económicas, ya que los productores compiten con marcas de dudosa procedencia y abaratan los precios”.
Sobre todo, este equipo de expertos ha estudiado la aplicabilidad de los marcadores moleculares (secuencias en zonas concretas del genoma), que se analizan a través de una técnica que amplifica esos fragmentos, la reacción en cadena de la polimerasa o PCR utilizando una variante de la misma, la PCR en Tiempo Real o cuantitativa (qPCR). En síntesis, los investigadores se proponen vislumbrar la cantidad de fragmentos de ADN, de tamaño amplificable, que contiene el aceite y de qué tipo es este material genético.
El análisis del ADN contribuye a verificar la identidad de los aceites, regulados por sellos de calidad como las denominaciones de origen. Aún así, el conocimiento del genoma de este líquido es limitado, ya que el número de genes conocidos que aportan información es escaso.