La nueva cara del río San Juan

En la frontera estatal de Nuevo México y Colorado se extiende la reserva de irrigación navaja de 56 kilómetros de largo que tantos beneficios ha traído a esta zona desde que se finalizara la construcción de la presa en 1963. El agua fría y cristalina que brota de las profundidades de la reserva ofrece las condiciones de cría perfectas para la trucha marrón y la trucha arco iris, cosa que motivó la creación de una fantástica área pesquera que ha atraído a miles de pescadores de todo el mundo. Este área está situada por debajo de la presa y ocupa unos 16 kilómetros río abajo en dirección a la ciudad de Bloomfield.

Pero el lecho del río San Juan, que es ancho, lento y la provee de agua, y una zona amplia más allá de sus márgenes quedaron dañados cuando se retiraron millones de toneladas de roca durante la construcción original de la presa y, desde entonces, el río se ha ido viendo cada vez más perjudicado a causa del cieno proveniente de la escorrentía del arroyo y que la corriente lenta de río es incapaz de llevarse.

Fue preciso tomar acciones drásticas para mejorar el hábitat de los peces en los tramos del río que corren por debajo de la presa antes de que se provocasen daños inaceptables tanto en el medioambiente como en la comunidad local.

Marc Wethington, biólogo de pesca del río San Juan en el Departamento de Caza y Pesca de Nuevo México, se percató de que recuperar el río iba a ser una operación delicada en la que tendrían que participar socios preocupados por la conservación y en la que deberían colaborar varios organismos gubernamentales. Se puso en contacto con John Hansen, biólogo de fauna y flora en la Oficina de Administración de Tierras del Departamento del Interior de Estados Unidos en la cercana ciudad de Farmington y juntos idearon un plan.

Se necesitaba dinero para el proyecto, y mucho más del que ellos podían aportar, así que pidieron ayuda a la comunidad empresarial local. “Fue muy bonito ver cómo empresas y particulares iban poniendo su granito de arena”, cuenta Hansen. “Todos: pequeños y grandes. Eso nos animó mucho”.

Golden Equipment Company, el concesionario de Volvo Construction Equipment en Nuevo México, se encontraba entre los primeros que se implicaron. Se ofreció a contribuir con un dúmper articulado A30D de su flota de Volvo. Adobe Contractors, Inc., también donó el uso de su excavadora de cadenas EC240BLC de Volvo.

Wethington, que lleva más de 12 años trabajando en el río, sabía que el hábitat de las truchas mejoraría notablemente si se complicaban los canales y se aumentaba el transporte de sedimentos. “Teníamos que crear ‘alas’ que aminorasen la corriente en las márgenes y aumentasen la velocidad actual hacia el centro”, explica. “También queríamos contribuir a la creación de islas pequeñas y a que crecieran sauces y otro tipo de vegetación. Queríamos mejorar el hábitat de los peces, pero a la vez crear un entorno más seguro y natural para los pájaros, como el mosquero saucero y el águila calva americana, especies en peligro de extinción”.

Esta construcción ha conllevado la excavación de trechos del lecho del río y la colocación de rocas y troncos grandes en sitios estratégicos para redireccionar la corriente. El proyecto iba dirigido a crear el hábitat ideal para los insectos acuáticos, que son la fuente de alimento de la trucha. “Al mejorar el hábitat de una zona pesquera tan importante como ésta estamos ayudando a todo el mundo en la zona, ” declara Johnny Stinson, copropietario de Adobe Contractors.

Antes de que pudieran comenzar las obras en el río, se trajeron en camión cientos de toneladas de roca lisa de río del colindante Colorado, muchas de la cuales pesaban entre dos y tres toneladas. Una vez finalizado el trabajo de preparación en la maquinaria, Stinson y su equipo se trasladaron a las márgenes del río con su excavadora de cadenas Volvo EC240BLC, que cargaba las rocas en el dúmper articulado Volvo A30D que había suministrado Golden Equipment.

Esta empresa habría sido inconcebible sin utilizar maquinaria pesada de construcción en las márgenes y en el propio río, pero las máquinas Volvo que se utilizaron para esta labor pronto ahuyentaron todo temor a que unas máquinas tan grandes dañaran el ecosistema del río. Cada pieza de la maquinaria Volvo se limpiaba al vapor y se comprobaba a conciencia antes de que se acercara al río, para que estuviera tan impecable como recién salida de fábrica. “Las Volvo han mostrado un comportamiento fantástico”, añade Stinson. “Han estado perfectas. No han dado el menor problema”.

Las enormes rocas se transportaban con delicadeza desde el camión hasta el agua y luego el operador de la excavadora, Reggie Davis, las bajaba y colocaba con cautela en su sitio utilizando el cazo y la bivalva. Con las rocas ya colocadas, se enterraron grandes troncos en las márgenes del río y se desvió la corriente de las pequeñas islas antes de los canales del río.

Hasta la fecha se han gastado más de 130.000 dólares en el proyecto de mejora y peces y pescadores ya están cosechando los frutos. Los biólogos calculan que el tramo del río que pasa por debajo de la presa alberga ahora más de 75.000 truchas y, a lo largo de todo el año, una media de 135 pescadores acuden al río cada día. Este nuevo hábitat ha atraído a los insectos; los insectos han atraído a los peces y los peces han atraído a los pescadores: excelentes noticias para el ecosistema y también para la comunidad local.