Hacia un consenso normativo en la recuperación de aguas pluviales
18 de julio de 2011
El recinto Gran Via, de Fira de Barcelona, acogió la jornada técnica ‘Aprovechamiento de aguas pluviales en edificación’. En el marco de la feria Construmat 2011, se celebró esta sesión organizada por Aqua España, organización que agrupa a más de 130 empresas del agua, en la que se daba a conocer la ‘Guía Técnica de Aprovechamiento de Aguas Pluviales en edificios’. En palabras de María Cinta Pastor, vicepresidenta de Aqua España, el encuentro se planteó como “foro de debate que esperamos sirva para enriquecer el documento guía que presentamos aquí”. Para ello, habría que seguir el ejemplo de otros países “más avanzados”, como Alemania, donde cuentan con varias normas DIN acerca de cómo trabajar y gestionar las aguas pluviales. “Nuestro objetivo final sería realizar un trabajo completo, desde todos los puntos de vista posibles, que diera lugar a una normativa o legislación que complete lo que ya aplican hoy en día, aquellos ayuntamientos con ordenanzas específicas acerca de estas aguas”, argumentó la vicepresidenta de Aqua España.
Con el propósito de promover la recuperación de agua de lluvia, a finales del año 2008 y a instancias de una petición de la Agència Catalana de l'Aigua, se convocó a una serie de entes relacionados con las aguas pluviales, entre los que figuraba Aqua España. Tras dos años “intensos” de trabajo, la comisión de Gestión de aguas pluviales presentó este documento técnico, a mediados de mayo, que analiza las soluciones tecnológicas existentes, aplicables a las necesidades de un entorno mediterráneo en materia de aprovechamiento de las aguas pluviales en edificios. La presentación pretendía poner a disposición de la sociedad y de los organismos públicos este documento “inicial”, tal y como lo definió la vicepresidenta de Aqua España, para así contribuir, a una gestión sostenible de los recursos hídricos alternativos. El encuentro, dirigido a proyectistas, arquitectos, consultores, ingenieros, técnicos de la administración, instaladores y distribuidores, por ejemplo, contó con la asistencia de una cincuentena de personas, entre representantes y técnicos provenientes de instituciones, organismos públicos y empresas del sector.
Flaquezas en las ordenanzas municipales sobre el uso del agua pluvial
La ronda de ponencias de esta jornada se inició con la intervención de Laia Núñez, técnico del departamento de Planificación y Abastecimiento de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA), quien detalló el marco administrativo y técnico de la recuperación de aguas pluviales. Básicamente, la portavoz de la ACA detalló dónde encajan las aguas pluviales dentro de la organización hidrológica, así como las líneas de acción que emprenden desde la Agencia. Como contexto, hizo referencia a la aprobación del Plan de Gestión del Agua en Cataluña, el año pasado, en respuesta a los requerimientos de la Directiva Marco del Agua (2000/60/CE), por la que el agua ya no se contempla únicamente como un recurso y se considera parte integrante de un ecosistema. Esta Directiva europea insta a los Estados miembro, de cara al año 2015, a obtener un buen estado ecológico de las masas de agua. En consecuencia, el Plan de Gestión del Agua en Cataluña dispone de un programa de medidas que detalla todas las inversiones y actuaciones que contribuirán a lograr ese buen estado ecológico de las masas de agua y también, a garantizar el abastecimiento de este recurso, tanto en cantidad como en calidad, a la población actual y futura.
Según esta Directiva, todas las actuaciones del Plan Hidrológico han de estar encaminadas a obtener agua y cuidar los ecosistemas, para así asegurar el futuro abastecimiento de la misma. A fin de satisfacer esta demanda creciente, se contemplan nuevas tecnologías como la desalación, reutilización de aguas depuradas, mejora de la eficiencia de las redes, explotación de acuíferos, y por último el ahorro de agua, en sí mismo. En este ámbito, desde la ACA se recompensa a todo aquel que desee instalar un depósito de aprovechamiento de agua pluvial de uso doméstico, de forma que no ha de pagar el canon del agua derivado del consumo de ese depósito. “Es una medida que intenta promover la utilización de estas infraestructuras de aprovechamiento. Aunque es cierto que para aprovechamientos por debajo de los 7.000 metros cúbicos al año, se ha de comunicar a la Agència Catalana de l’Aigua. Para aprovechamientos superiores se debería pedir una concesión de agua”, puntualizó. Asimismo, el Plan de Gestión del Agua en Cataluña incluye un capítulo normativo que hace referencia a las aguas pluviales. En este sentido, y pensando en posibles subvenciones, se valora la existencia de ordenanzas de ahorro de agua y que éstas, conlleven la obligación para viviendas con más de 200 metros cuadrados de jardín que aprovechen aguas pluviales y grises, de forma que obtengan una bonificación más elevada. “Es la primera introducción del término pluviales en un plan hidrológico, cosa que hasta ahora no había sucedido en Cataluña”, aseguró.
Desde la ACA, en colaboración con las comisiones técnicas de Aqua España y algunos organismos públicos como la Diputación de Barcelona y el Departament de Sanitat de la Generalitat de Catalunya, siguen trabajando con el propósito de establecer criterios técnicos en cuanto a diseño de sistemas de aprovechamiento de pluviales y también sanitarios. Hasta la fecha, han detectado una serie de flaquezas en las ordenanzas de los 46 municipios catalanes que cuentan con una normativa aplicable a las aguas pluviales. “Estos puntos flacos surgen del hecho que cada una de las ordenanzas utilizaba un método distinto de cálculo para los depósitos de aprovechamiento de aguas de lluvia. Desde la ACA hemos iniciado un trabajo técnico con el que queremos facilitar la tarea de los ayuntamientos a la hora de establecer unos criterios para el dimensionado de los depósitos. Para ello, hemos elaborado unos ábacos en función de diversas zonas del territorio catalán, adaptados a la climatología”. A través de estos ábacos, se interpolan diversas variables, como la superficie del tejado, o la equivalente de césped y se puede determinar el volumen mínimo que tendría el depósito.
Un agua, prácticamente pura en origen, desde el punto de vista sanitario
Por su parte, Irene Corbella, del Área de Salut Ambiental de la Agència de Protecció de la Salut, se centró más en los aspectos sanitarios del agua de lluvia. Un recurso al que definió como “un agua prácticamente pura en origen, desde el punto de vista sanitario. Únicamente cuando cae absorbe pequeñas trazas mínimas de metales, sobre todo en áreas urbanas. Posteriormente se puede deteriorar durante la recogida y almacenamiento en los puntos de uso”. La ponente se detuvo también en enumerar las principales fuentes de contaminación. Como la escorrentía de tejados, con la que el agua de lluvia puede recoger hojas, excrementos fecales de aves, insectos u otros animales. El grado de contaminación aumenta si se da la escorrentía superficial e incluso según la superficie dónde se recoja el agua de lluvia. Por ejemplo, en la contaminación de agua pluvial por tránsito rodado se detecta la presencia de aceites, metales o hidrocarburos. “Sin embargo, una limpieza inadecuada de los depósitos puede ser otra fuente de contaminación”. “El agua de lluvia es de buena calidad, implica poco mantenimiento aunque algo hay que hacer para evitar riesgos, y éstos se pueden prevenir”. A continuación, aludió a la falta de regulación normativa, ya que no existe ninguna Directiva Europea en cuanto a calidad sanitaria del agua pluvial y tampoco se prevé la aprobación de ninguna normativa de ámbito estatal, autonómico o local que regule esta materia. A continuación, Jochen Scheerer, coordinador de la Comisión de gestión de aguas pluviales en Aqua España, enfocó su intervención en la ‘Guía Técnica de Aprovechamiento de Aguas Pluviales en edificios’, protagonista de la jornada. Para ello, se remontó al aprovechamiento de aguas pluviales en el país, de moda a partir de la década de los 80. Durante su ponencia, intentó desmontar tópicos como “que en España no llueve” e insistió en que los cambios climáticos condicionan un mejor o peor aprovechamiento pluvial. “El agua de lluvia es un buen negocio para el sector. Bien tratada contiene menos microorganismos en la lavadora que la ropa que vamos a lavar”.