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Pueden llegar a causar molestas enfermedades gastrointestinales en personas y animales

Protozoos parásitos sobreviven a depuradoras y potabilizadoras gallegas

Javier Montes de Oca Rodríguez22/03/2011

22 de marzo de 2011

El agua contaminada por bacterias y parásitos es una de las causas más frecuentes de enfermedades del tracto gastrointestinal que suelen causar síntomas diarreicos agudos, deshidratación, vómitos, náuseas, pérdida de peso, cólicos y malestar general, a la par que en los rumiantes suele ocasionar a menudo la muerte. Por esta razón, un equipo de investigadores gallegos se ha puesto la meta de determinar y tipificar su presencia en las aguas de esta comunidad.

Por más que se intente beber cada vez más agua de mayor calidad y pureza, carentes de la mayor cantidad posible de partículas u organismos vivos que representen problemas tanto para los seres humanos como para los animales, sobre todo a la hora de su ingestión, existen aún microorganismos que logran sortear sin problemas los obstáculos técnicos que el experto en aguas se empeña en ponerles. En este caso, se trata de unos protozoos, los ooquistes del género Cryptosporidium y los quistes de la tristemente célebre Giardia, de la que tantos gastroenterólogos y doctores de las vías digestivas han luchado por erradicar de los órganos enfermos de los contaminados.

Es por esto, que un equipo del Instituto Gallego de Calidad Alimentaria (Ingacal) de la Xunta de Galicia se ha empeñado en estudiar las aguas de esta comunidad autónoma para verificar los niveles de estos protozoarios existentes en las mismas. José Antonio Castro Hermida, líder científico del proyecto comenta al respecto que “la presencia de estas dos formas de microorganismos son uno de los mayores problemas de salud pública en los suministros de agua”.

Para lograr medir esto, un equipo tomó unas 232 muestras de agua en 55 municipios gallegos, confirmando efectivamente la presencia de estas formas infectantes en las estaciones depuradoras de aguas residuales, en las de tratamiento de agua potable y en las áreas recreativas. Estos importantes resultados, publicados por la revista especializada ‘Water Research’, han demostrado la amplia distribución tanto del quiste como del ooquiste, demostrando así la ineficacia de los tratamientos que se aplican en las plantas con el fin de inactivar estos parásitos.

Parásito causante de la Giardiasis
Parásito causante de la Giardiasis.
Un equipo tomó unas 232 muestras de agua en 55 municipios gallegos, confirmando efectivamente la presencia de estas formas infectantes en las estaciones depuradoras

En el caso de las depuradoras, las cifras son bastante alarmantes ya que aparecen en el 96% de los efluentes, hasta 6 mil Giardias por litro, mientras que los ooquistes aparecen en el 64% de éstos. En cuanto a las potabilizadoras las cifras disminuyen considerablemente hasta situarse en un 36,5% para el primer parásito y un 32,7% para el segundo, si bien en las áreas recreativas aumenta hasta el 60%.

Otro dato que pudo recabar el equipo del Ingacal, es que existían dos tipos de vertidos en ambas provincias gallegas. En la primera, de poblaciones situadas en la franja costera, las aguas salían directamente al mar, en tanto que en las localizadas en el interior, los vertidos iban a dar a ríos, lo que, según Castro Hermida “representa un riesgo importante para la salud humana y animal”.

Estos organismos causan enfermedades parasitarias relativas al tracto gastrointestinal, como un síndrome de mala absorción y diarrea en mamíferos y aves. Entre los rumiantes pueden causar gran mortalidad durante el primer mes de vida, ocasionando importantes pérdidas económicas en las explotaciones pecuarias. En cuanto al ser humano, la prevalencia de ambas enfermedades es especialmente notable en personas con sida o inmunodeprimidas.

Posibles soluciones para estos parásitos resistentes

Los mecanismos que poseen estas microscópicas criaturas para superar las medidas que el hombre les impone, aún son un tanto desconocidos para los investigadores del agua que no pueden hacer otra cosa que reconocer la dificultad de hallarle una solución a este mal hídrico que afecta al planeta entero, dado que los brotes aparecen desde los países más atrasados en esta materia hasta los más desarrollados.

A este respecto José Antonio Castro Hermida apunta que lo ideal para proseguir haciéndole frente a estas infecciones sería “proteger las fuentes de agua, avanzar en su tratamiento y monitorizar en tiempo real los parámetros indicativos de la calidad del agua, como medidas preventivas”.

Otra serie de actuaciones que propone este grupo de investigación gallego podría ser la elaboración de planes de control para vigilar la presencia, viabilidad e infectividad de estos protozoarios en los efluentes de las plantas potabilizadoras y depuradoras.

Lo ideal para proseguir haciéndole frente a estas infecciones sería “proteger las fuentes de agua, avanzar en su tratamiento y monitorizar en tiempo real los parámetros indicativos de la calidad de la misma”.
Parásito Cryptosporidium./ Foto: W.L. Current
Parásito Cryptosporidium./ Foto: W.L. Current.

Un paso esencial dado por algunos países como el Reino Unido y los Estados Unidos ha sido el de fomentar la cooperación entre los gobiernos y las industrias dedicadas al tratamiento de aguas. Por ejemplo, a través de la Drinking Water Inspectorate (DWI) inglesa y a través de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) norteamericana, se coacciona a las empresas a monitorizar la presencia de estos dos parásitos.

En España, mientras tanto, las leyes especifican que cuando la turbidez de las aguas supere los 5 UNF (unidad especializada a este respecto), se debe determinar la cantidad de Cryptosporidium y de otros organismos posibles de características similares. Sin embargo, esta legislación no es del todo precisa científicamente porque se han dado casos de aguas que apenas oscilaron entre los 0,25 y los 1,7 UNF, y sin embargo, contaminaron a 403.000 personas, como acaeció en Milwaukee (EE UU) en 1993. Es por esta razón, comentan los investigadores gallegos, que se deben de controlar las aguas con niveles de turbidez mucho más bajos que éstos, y así poder descartar la presencia de ambos enteropatógenos.

Se puede consultar la publicación completa de este equipo conformado por José Castro Hermida, Ignacio García Presedo, Marta González Warleta y Mercedes Mezo, presentado bajo el titulo 'Cryptosporidium and Giardia detection in water bodies of Galicia, Spain', en la edición de diciembre de 2010 de ‘Water Research’. De esta manera, se busca poder llevar estos avances técnicos a otras regiones del mundo donde la contaminación parasitaria por estos entes causa estragos entre la población y los animales domésticos y ganaderos.

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