Entrevista a Sergi Martí, presidente de Aqua España

Realmente nuestras empresas se hallan en un buen sector empresarial como corresponde al del agua en su ciclo integral, y por tanto, en uno de los principales vectores del medio ambiente. Actualmente, esto implica disponer de muchas posibilidades y de buenas oportunidades de negocio. Antes de la crisis económica global, muchas de estas empresas habían incrementado sus ventas entre un 15 a un 25% anual acumulado. Hoy en día, la crisis globalizada también está afectando a muchas empresas de nuestro sector, pero se empiezan a observar algunos síntomas de recuperación. Si nos ceñimos a nuestro mercado europeo, está claro que muchas de las oportunidades de negocio y retos de futuro para las compañías del sector vendrán determinadas por la legislación en materia de agua y medio ambiente aprobadas por Directivas Europeas, la legislación estatal o las específicas de cada comunidad autónoma. Para hacerse una idea, un claro ejemplo de los últimos años ha sido la publicación europea de las directivas que regulaban los vertidos urbanos de aguas residuales, la contaminación medioambiental, la del agua de consumo humano o de la actual Directiva que garantizará unos niveles elevados de calidad ambiental en las aguas superficiales. Además, el tema de la reutilización es y será una de las principales oportunidades de negocio y retos de futuro más importante para algunas de estas empresas. Sin embargo, tenemos la suerte de estar en un sector en crecimiento y de gran demanda tecnológica y social en todos los sentidos.

Todos sabemos que estamos inmersos en un mercado global y que nuestras empresas deberán diferenciar sus retos de futuro según propios objetivos y planificación estratégica a corto y medio plazo. Asimismo, estos desafíos serán muy diferentes en función de los clientes a los que se dirijan –mercado doméstico, industrial o institucional– ya que los requisitos técnicos, legales y coyunturales con los que deban contar podrán ser muy diferentes. De igual modo, se deberá distinguir entre las empresas que actúen a nivel local, estatal, europeo, o incluso internacional. Este último, constituye también otro de los retos para las empresas de nuestra asociación que ya operan en otros países. Eso sí, siempre que su estructura, capacidad, preparación técnica, equipos, productos y servicios, así como potencial económico y comercial lo permitan. Por último, otro reto muy importante para muchas de nuestros asociados, es el de invertir más en formar al personal y disponer de los mejores profesionales en desarrollo e innovación de servicios y productos. Y así, ser más competitivos.

Cada vez más, las empresas trabajan en ambos aspectos, imprescindibles para ellas. Y aún más, si tienen en cuenta que operan en un mercado globalizado, muy competitivo. Aun así, y pese a la mala coyuntura económica actual, nos hallamos ante un buen sector: el de tratamiento, depuración, reutilización y control de aguas. Desde mi punto de vista, la competitividad de una empresa es la capacidad de seguir y crecer en su mercado, gracias a su productividad, marca, política de precios y márgenes, ofreciendo bienes o servicios de forma eficiente y a la vez, haciéndolos atractivos para los usuarios. Respecto a la innovación, no hace falta ser una gran compañía o disponer de grandes recursos en los que invertir. Como mínimo, se debe trabajar de forma continua, intentando canalizar las ideas del personal, los nuevos procedimientos, conceptos, productos o servicios, siempre que contribuyan a incrementar la competitividad. Todo esto se debe revisar y valorar si se pueden aplicar o introducir a nivel comercial. En resumen, las empresas del sector del agua no deben tener miedo a hacer frente a nuevas oportunidades y desafíos que puedan surgir. No obstante, también es importante que se apruebe, cuanto antes, un marco macroeconómico e institucional estable y que las políticas del gobierno ayuden, aún más, a las compañías del agua en este camino.

Bajo mi punto de vista, y pensando en compañías capacitadas técnica y económicamente, los mercados más interesantes son los de países situados en el norte de África, Oriente Medio, México y América del Sur, sobre todo Chile, Argentina y Brasil. No obstante, habría que tener en cuenta el subsector del agua al que se dirige esa compañía, para no cerrar la puerta a otras posibles oportunidades.

En los últimos años, ha evolucionado de manera importante la conciencia ambiental de la ciudadanía. Ello ha dado lugar a cambios legislativos significativos de ámbito estatal y europeo. Esta nueva etapa se inició con la aprobación de la Directiva Marco del Agua, que debería ser totalmente una realidad en el año 2015. Por tanto, este es un mercado emergente en España. A nivel político, social y medioambiental es imprescindible seguir potenciando el empleo de aguas regeneradas como línea estratégica para el uso sostenible de la misma.Y de aquí se desprende el futuro Plan Nacional de Reutilización del Marm, que promueve el aprovechamiento integral de los recursos hídricos.

En sintonía con lo que anunció la ministra Elena Salgado en su momento, yo también estoy convencido que el actual Plan Nacional de Calidad de las Aguas y el futuro Plan Nacional de Reutilización de Aguas Regeneradas, se proponen dos objetivos. Por una parte, que nos adaptemos a las Directivas europeas; por otra parte, que superemos nuestras carencias en cuanto a control público del agua, en garantía de uso para cada territorio y en la eficiencia en todas las aplicaciones de este recurso. Con estos planes junto a la política del agua, el gobierno debería garantizar las diferentes demandas, tanto en abastecimiento de agua de consumo humano como en las actividades industriales y económicas que se deriven, en función de criterios medioambientales y de sostenibilidad.

En palabras de Sergi Martí, presidente de Aqua España, hoy en día solo se regenera aproximadamente un 12% del volumen de agua vertida de las más de 2.500 EDAR del país. Igualmente, el objetivo del nuevo Plan es alcanzar el 37% que representa más de 1.250 Hm³/año. Esta cantidad se distribuiría de la siguiente forma: el 86% se destinaría a la agricultura, el 2,7% sería de consumo urbano, el 8,7% para campos de golf, el 1,4% de uso ambiental y el 1% para actividad industrial, salvo para empleo alimentario, ya que está prohibido. “Es necesario disponer –matiza– no solo de sistemas eficaces de depuración, desalinización y de redes de saneamiento, acondicionando los sistemas necesarios en las zonas declaradas sensibles con reducción de nutrientes vía tratamientos terciarios; sino también empezar a contar con sistemas de reutilización de aguas a fin de incrementar las disponibilidades de recursos hídricos”. “Durante estos próximos años veremos la realidad de su necesaria implantación”, augura.

Lo resumiré en cuatro palabras: voluntad, acuerdo y determinación política. Por supuesto, también que exista financiación suficiente al respecto, principalmente estatal y europea, para implantarla gradualmente durante los próximos nueve años. No obstante, la coyuntura económica actual y el recorte del gasto y del déficit del estado puede perjudicar y/o retrasar estos propósitos.

En líneas generales, el nuevo Plan Estratégico para los próximos cinco años supone una renovación de objetivos y de mentalidad. Su finalidad es doble. En primer lugar, que Aqua España se constituya en el foro de excelencia empresarial de referencia que represente, dinamice y defienda los intereses del sector, en aras de mejorar la competitividad e internacionalización de las empresas de tratamiento y control de aguas. En segundo lugar, contribuir a un tratamiento, control y empleo eficiente de este recurso, a través de la mejora de obras, instalaciones, tecnologías, métodos y procesos. De esta manera, se impulsarán iniciativas, proyectos, actividades y servicios a través de seis amplios programas de actuación: representación del sector, comunicación y RSC, calidad, salud y medio ambiente, I+D+i y formación y empleo. Los beneficios que se desprendan serán ambientales, económicos, sociales y de representación del sector. Principalmente, el Plan Estratégico contribuirá a la idónea planificación a corto, medio y largo plazo de la asociación.